La Certificación Energética de un inmueble permite evaluar la demanda energética del mismo y establece su Eficiencia Energética, en cuanto a consumo de energía y emisiones asociadas de CO2,  según una escala de letras y colores, desde la A (más eficiente) a la G (menos eficiente), similar a la empleada en los electrodomésticos.

Para realizarla se tienen en cuenta tanto la composición y medidas de todos los elementos de su envolvente térmica (fachadas o paredes, puertas, ventanas, suelos y techos), como las características de sus instalaciones térmicas, tanto de calefacción como de refrigeración.

El informe se complementa con una serie de medidas de mejora de su calificación energética y, en su caso, valoración económica y plazos de amortización de las mismas, para orientar a tratar de disminuir el gasto energético y permitir el ahorro en las facturas de electricidad o combustible.

La certificación energética, suscrita por técnico competente, servirá además, una vez registrada en el correspondiente Registro autonómico competente, para obtener la Etiqueta Energética del inmueble, que ayudará a valorar energéticamente y decidirse por uno u otro inmueble a los posibles adquirientes o inquilinos del mismo.

La Certificación Energética es obligatoria para la mayoría de los inmuebles que se vendan o alquilen a partir del 1 de junio de 2013, se ha de facilitar junto a los contratos de compra-venta o de alquiler superior a cuatro meses y tiene una validez máxima de 10 AÑOS. Igualmente, no se puede publicitar ningún inmueble sin su correspondiente Etiqueta Energética.